Nunca uno olvida el lugar que lo vio nacer y crecer. Los olores, las alegrias, las tristezas, su Escuela y sus maestros, aquellos que te enseñaron a escribir tu primera palabra que casi siempre es mama y papa, luego tus primeras oraciones, la Historia y las cuentas, sumar, restar, atc. Aquellos maestros que para uno eran como tus segundos padres, enseñanza que no estaba discutida por nuestros padres, porque sabian que lo que nos ensevan, era para el bien de nuestro ... Continuar leyendo